Textura firme y granulosa, con una pasta compacta que se corta fácilmente en láminas finas o cubos. En boca, ofrece una textura rica y ligeramente quebradiza. Sabor intenso y persistente, con notas a frutos secos, mantequilla y un ligero toque salino. Conforme madura, desarrolla un agradable picante al final del paladar, equilibrado con la suavidad láctica propia de la leche de cabra. Aroma potente y terroso, con matices herbáceos y notas que evocan los pastos secos de montaña. Curado entre 4 y 10 meses en condiciones controladas, lo que permite que el queso desarrolle una complejidad de sabores excepcional.