El Jamón Joselito es considerado uno de los mejores jamones del mundo, un auténtico símbolo de excelencia dentro de la gastronomía española. Elaborado con cerdos 100% ibéricos criados en libertad y alimentados con bellotas durante la montanera, este jamón destaca por su proceso artesanal y su curación lenta en bodegas naturales, que puede durar entre 36 y 48 meses. La marca Joselito, con más de 150 años de historia, es sinónimo de calidad inigualable y ha sido reconocida a nivel internacional por la finura de sus productos, convirtiendo al Jamón Joselito en una referencia absoluta en el mundo del jamón ibérico.
Textura increíblemente suave y sedosa, con una infiltración de grasa veteada que le da un aspecto marmoleado. La grasa, rica en ácido oleico debido a la alimentación a base de bellotas, se funde en boca, aportando una untuosidad incomparable. Sabor complejo y equilibrado, con notas dulces, frutos secos y un toque ligeramente salino. Cada bocado ofrece una explosión de sabores: matices a bellotas, hierbas y pastos naturales, que culminan con un regusto profundo y persistente, lleno de umami. La maduración lenta añade un toque suave a especias y madera. Aroma intenso y penetrante, con notas a campo, bellotas y frutos secos tostados, que invitan a disfrutar del jamón antes incluso de saborearlo. Curado durante más de 36 meses, bajo estrictos controles de calidad y en condiciones naturales, lo que permite que el jamón desarrolle su perfil de sabor único. Este largo proceso de maduración contribuye a la creación de un producto extraordinario.
El Jamón Joselito no solo es un manjar en sí mismo, sino que también es considerado un producto gourmet de prestigio a nivel mundial, servido en los mejores restaurantes y apreciado por chefs y amantes de la gastronomía.
Para disfrutarlo al máximo, sírvelo en finas lonchas cortadas a mano a temperatura ambiente. Esto permitirá que la grasa natural se funda ligeramente y realce todos los matices del sabor. Acompáñalo simplemente con pan rústico o pan con tomate, para no enmascarar su exquisitez, o consúmelo solo para disfrutar de toda su complejidad.